El porvenir está al lado del deber

Han transcurrido 57 años desde aquella mañana de julio de la Santa Ana, cuando un puñado de valientes cubanos dirigidos por el joven abogado Fidel Castro desafiaron a la tiranía de Batista y a la muerte, y se abalanzaron sobre los muros de los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes.

Esas heroicas acciones comenzaron a festejarse en Cuba, el mismo año en que nos convertimos en un país libre y soberano  Había triunfado la Revolución el primero de enero de 1959. Era el  Año de la Liberación y se cumplía  el VI Aniversario de la epopeya del Moncada. Se celebraba por primera vez el  Día de la Rebeldía Nacional.

Ciudad de la Habana fue el territorio escogido para las festividades. Junto a la estatua de José Martí, y con la asistencia de miles de campesinos de todo el país, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz afirmó que al fin comenzaban a verse los frutos del sacrificio de todos los hombres que lucharon desde mediados del siglo XVIII por estos triunfos que ellos ayudaron a fundar.

 Fue un 26 de Julio de sombreros de yarey y machetes a la cintura. Eran  manos firmes las que aplaudían al líder de la Revolución. Rostros curtidos por el sol que sudaban a la par de alegría multiplicada junto al ardiente calor del séptimo mes del año en la Mayor de las Antillas. Ellos hacían valer aquella frase de José Martí. "el porvenir, sin una sola excepción, está al lado del deber".