En busca de la trilladora perfecta
El arroz es uno de los cultivos que va ganando incentivo entre los productores cubanos. Para obtener una buena cosecha el éxito va más allá de abundancia de humedad en el momento preciso. Pasa por el tema de la falta de equipos para desgranar tras acopiar las producciones del cereal.
En el municipio tunero de Majibacoa, los hermanos Escalona se dieron a la tarea de fabricar máquinas trilladoras multipropósitos, con la finalidad de sustituir la importación de estos equipos desde el exterior.
“Todo comenzó a finales de la década de los noventa, el perlodo especial se agudizaba y la situación económica del país se tornaba compleja. Fuimos testigos de cientos de toneladas de arroz perdidas en los campos por falta de equipos para cosecharlas y luego procesarlas para consumir el grano”, dijo Miguel, molinero de profesión.
Entre tanto su hermano Orlando, el otro innovador se dedica a la soldadura de metales. Ambos conjugan la sabiduría tecnológica entre la ciencia y el hierro.
Estos aniristas majibacoenses se han convertido en columna vertebral del programa arrocero, no solo en Las Tunas, sino también en otros territorios del oriente de Cuba. Las 15 máquinas trilladoras fabricadas por ellos hasta la fecha, dan fe de largas jornadas de trabajo dedicadas a conformar estos útiles equipos, lo que permite mejorar las condiciones de trabajo de quienes contribuyen con la sostenibilidad alimentaria de la población.
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