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Continúa el juicio contra terrorista confeso

Al mediodía de este miércoles continuará el juicio contra el terrorista confeso, Luis Posada Carriles, dentro el tribunal federal de El Paso (Texas), que lo juzga por perjurio y fraude en sus trámites de inmigración y no por asesinato y terrorismo. 

El proceso judicial que se celebrará contra el cubano, nacionalizado venezolano, se realiza en medio de concentraciones en los alrededores del recinto que reclaman justicia, y otras que consideran que el acusado es un luchador por la libertad.

El ex agente de la Agencia Central de Inteligencia estadounidense (CIA) enfrenta 11 cargos de perjurio, obstrucción de justicia y fraude en sus trámites migratorios. Se le acusa de mentir en los trámites de inmigración en El Paso, donde es enjuiciado, en el año 2005, acerca de cómo ingresó a Estados Unidos.

Posada Carriles, de 82 años de edad, fue delatado por su socio terrorista, el salvadoreño Francisco Chávez Abarca, quien reveló que el octogenario lo reclutó en El Salvador para preparar una serie de atentados en La Habana, la capital cubana.

Chávez Abarca confesó el prontuario criminal de Posada Carriles durante un juicio que se le siguió en Cuba, en donde se le dictó condena de 30 años de prisión.
El salvadoreño admitió que Posada Carriles le encomendó colocar bombas en centros turísticos de la isla en 1997.

El ex agente de la CIA, de quien Cuba y Venezuela reclaman su extradición desde Estados Unidos por su responsabilidad sobre varios atentados y crímenes, estuvo presente mientras se preparó el material explosivo que se usó en los atentados en la capital cubana, según relató el terrorista salvadoreño.

"Fui una marioneta de Posada Carriles, por la edad, por la información, por inmadurez, y de eso él se valió", admitió el acusado durante su comparecencia ante el tribunal cubano que lo juzgó el 20 y 21 de diciembre pasado.

Además, durante el juicio, Chávez Abarca relató que Posada Carriles también intervino para esconder, con sus propias manos, el explosivo plástico C-4 en un televisor que transportaría a La Habana otro terrorista: Raúl Cruz León.

Ese mismo material explosivo, en el hotel cubano Copacabana, provocó la muerte del joven turista italiano Fabio di Celmo, el 4 de febrero de 1997.

Además, Posada Carriles, invitó a Chávez Abarca -de acuerdo a sus propias declaraciones- a viajar a Panamá para participar en el complot que desarrollaba con el objetivo de asesinar al líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro.

Al iniciarse el juicio de este martes, la jueza que lleva el caso informó que no permitirá al abogado defensor, Arturo Hernández, alegar que el gobierno cubano falsifica a menudo pruebas judiciales. Hernández pretendía mencionar en el juicio nueve supuestos casos de falsificación si se presentaban en el juicio pruebas brindadas por la Isla.

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