S.O. S por la tierra

En septiembre del 2010, Fidel decía en una intervención pública ante jóvenes cubanos en la escalinata de la Universidad de La Habana: “El planeta está más débil y contaminado… Por favor, piensen siempre en lograr una paz verdadera, que nos conviene a todos, hijos, nietos, todos los seres humanos”.

Que sea este el llamado que nos convoque cada 22 de abril al
Día mundial de la tierra. La celebración se realizó por vez primera en los Estados Unidos, en fecha similar pero en 1970 y se festejó, en principio, en dicho país, Canadá y Europa Occidental.

Su objetivo: propiciar el desarrollo de una conciencia ambiental en todos los miembros de la población mundial, a partir de actividades concretas en las que se involucran las
autoridades estatales y municipales, la sociedad civil y organizaciones ambientales no gubernamentales, con las aportaciones y esfuerzos de niños, jóvenes y adultos.

“La tierra debe ser respetada. Enseñen a sus hijos lo que los nuestros ya saben, que la tierra es nuestra madre. Lo que la tierra padezca será padecido por sus hijos”, frase célebre del jefe indio, Noah Sealth. Hoy son palabras proféticas, que nos convocan a pensar, en un planeta tan convulso, cuánto debemos hacer cada uno de los seres humanos para la protección de la naturaleza.

Las palabras del jefe indio Noah Sealth retoman un particular sentido en estos tiempos, cuando son más palpables que nunca los problemas asociados a la contaminación de los ríos y los mares, al cambio climático, las guerras, los desastres naturales y el incremento de especies en vías de extinción.

El hombre no teje el destino de la vida. El hombre es sólo una hebra de ese tejido —reza una frase. Nosotros estamos seguros de esto: la tierra no es del hombre, sino que el hombre es de la tierra. Nosotros lo sabemos, todo se armoniza, como la sangre que emparenta a los hombres.

Salvar la vida para que no se extinga el planeta, de eso se trata, como han advertido y siguen advirtiendo líderes mundiales como Fidel Castro, que en tribunas internacionales han alzado, una y otra vez, su voz para fomentar una conciencia medioambiental entre las naciones.