Chávez: ausente y presente
La Revolución Bolivariana y Chavista ha sido atacada desde sus inicios pero no ha tenido un minuto de tregua desde la muerte de Hugo Rafael Chávez Frías , de la cual se cumplen hoy dos años. Estados Unidos y la oligarquía consideraron que la ausencia del carismático líder histórico crearía el clima ideal para destruirla frente a un chavismo que, pensaban, se dividiría y no sería capaz de sobrevivir a su creador y comandante.
El razonamiento no era del todo descabellado pues la ausencia física de Chávez sí que se ha hecho sentir, y mucho, no solo en Venezuela sino a escala regional y mundial. De él dijo Fidel Castro que Cuba había perdido a su mejor amigo y añadió: ni siquiera él mismo sospechaba cuán grande era.
Lo que no tienen en cuenta el imperialismo y la contrarrevolución es la capacidad del chavismo para sobreponerse, el acumulado de conciencia política sembrado por su líder en ese peculiar colectivo humano, ni la lealtad y estrecha unidad con que ha respondido a este desafío la dirección político-militar de la Revolución con el presidente Nicolás Maduro al frente.
El ataque contra el bastión revolucionario venezolano está utilizando este año una táctica que Maduro ha calificado de manera muy gráfica como de golpe permanente. Este se desarrolla desde el 12 de febrero y parte de la base de la conocida teoría imperialista del dominó, según la cual al tumbar una ficha todas las demás caen en cascada. El intento de llevar a un golpe militar ese día fracasó estrepitosamente pero sus componentes de guerra mediática y económica se han intensificado.
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