Testimonio de una tunera sobreviviente del sismo de Haití

Hay historias que te atrapan desde el mismo momento en que son contadas. Testimonios tan espectaculares que sorprenden hasta a los más incrédulos.“El presagio del desastre lo presentía desde el mediodía.  Sentía en mis oídos como un fuerte oleaje, se me apretaba el pecho, e incluso llegué a pensar que eran síntomas de un infarto. Me asomé al balcón de la casa y vi al mar muy oscuro, desafiante”.

Fueron las primeras palabras de la educadora Neysa Velázquez Vidal, al contarnos junto a su familia del poblado de Delicias, en Puerto Padre, los sucesos del sismo de 7,3 grados que devastó a la hermana República de Haití.

“Soy asesora del Programa de Alfabetización Yo si Puedo. Ese día me encontraba en Puerto Príncipe. Acababa de llegar de la calle. Esperaba en la salita del apartamento a que una compañera de trabajo de la Misión Educativa, saliera del baño para entrar yo. De momento vino la catástrofe. Todo se movía, los cristales caían astillados encima de la cama, los espejos, las puertas no abrían, el polvo y el humo lo invadían todo. Fue solo un minuto.Luego los gritos, los lamentos, las plegarias…era un desastre, un verdadero desastre. ”

En la mente de la cooperante internacionalista están presente los gritos de los haitianos que pedían ser sacados de los escombros, de los niños que apelaban a sus padres, de los que corrían por las calles llenas de escombro pidiendo socorro, de las personas muertas y la multitud que cada vez que se producía una réplica del terremoto, creía que había llegado la hora final para todos.

“Todo se vino abajo, una masa humana sangraba por las heridas, otros venían a nosotros pidiendo clemencia, entre ellos tres niños hijos de una familia de las que alfabetizamos, ahora les cuento esto y me parece mentira que yo esté viva para contarlo. ”

Hace una pausa, respira profundo y confiesa: “No concibo que la muerte sea el pago a tanto esfuerzo realizado por los colaboradores cubanos. Nuestros médicos y todo el personal de la salud, llevan años allí trabajando para elevar la calidad de vida de los habitantes de la hermano país caribeño. Ahora redoblan esfuerzos para contribuir heroicamente a salvar vidas.”

“Esa es la obra que nos inculcó nuestro Comandante en Jefe y el ejemplo vivo de lo que es la Revolución. Vine evacuada para mi tierra natal, pero regreso a Haití apenas me digan. Quiero seguir colaborando con ese pueblo, incluso como sanitaria, así dignificaré nuevamente a mi Cuba querida.”