Madre e hija agradecidas por los cambios en Guayabal _

En la vida de los seres humanos hay momentos que dejan huellas imborrables. Historias que al ser contadas revelan hechos de singular importancia.“Fue el 10 de noviembre de 2008, habían pasado apenas 48 horas de que el Huracán Paloma intentara borrar de la faz de la tierra a Guayabal. En medio de la tragedia, recibimos la visita del General de Ejército, Raúl Castro Ruz”, rememora Kenia Espinosa.

Esta mujer de piel morena, estatura mediana y de hablar pausado, es la madre de Denisbel, la pequeña de cinco años, que saludó personalmente a Raúl mientras conversaba con los damnificados del asentamiento costero del municipio de Amancio.

“ Raúl casi se despedía de los guayabaleros. Mi hija, que es muy astuta le gritó una frase que llamó la atención al presidente cubano. “Raúl, dale un beso a tu hermano Fidel”. Fue entonces que el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, volvió la mirada hacia la niña, dio unos pasos y conversó unos minutos con ella”.

“Le dijo que la Revolución le construiría una escuela más linda y grande que la que tenía Guayabal, también que tuvieran confianza que nadie quedaría desamparado, y que las cosas se irían solucionando poco a poco, pues las necesidades eran muchas”. Quince meses después, los pobladores de Guayabal vieron materializadas las promesas que hiciera Raúl a Denisbel.

Las 112 familias que perdieron totalmente sus hogares por el devastador empuje del viento y de las olas, viven en confortables apartamentos, bien lejos del litoral y en un reparto dotado de todos los servicios básicos necesarios que contribuyen a elevar su calidad de vida.

“A nombre de los que fueron beneficiados con esta nueva comunidad, mi exhortación a que cuiden lo que la Revolución a puesto en sus manos. Soy una madre agradecida, y doy por seguro, que apenas mi hija aprenda a leer y a escribir, redactará una carta a Raúl, con el bolígrafo que él le regaló, y con su léxico infantil, Denisbel sabrá agradecerle el noble gesto que tuvo para beneficiar a quienes en aquel momento, lo habían perdido todo, menos la vida”, destacó la madre entre lágrimas.