Blogia
Tunastv

Sus Manos. (Colaboración de Rafael Aparicio Coello)

Sus manos me provocan un embrujo sin par. En ellas aprecio un lenguaje sugerente, intencionado y capaz de advertir estados de ánimo, énfasis, análisis profundo, además de ser comprensible y didáctico.

En sus manos cada gesto, sin estar calculado, seduce y atrae la atención hasta del más despistado. Ahora juntas, por separado, o con solo algunos dedos: subrayan la intensidad o simplemente insinúan la prioridad, el valor, porque ellas son el reflejo y el espejo de un ser transparente, sincero y digno.

La costumbre de observar sus manos traídas por imágenes de la televisión, o en las páginas de  revistas y periódicos, despertaron un profundo interés por descifrar en la charla camaraderil, en el discurso político o en los rigores diplomáticos, ese mensaje humano, solidario, franco, y culto que siempre expresan.

Sus manos, capaces de empuñar la pluma del buen periodismo, el rebelde fusil de la justicia, salvan al niño, al obrero o la  mujer; se visten de pelotero o basquetbolistas y acompañan e ilustran  la palabra para expresar verdades, principios y profecías, son todo un simbolismo.

Cuando cerca estuve de sus manos, esas que atrajeron la sensibilidad y provocan el derroche artístico de Osvaldo Guayasamín, sentí esa rara sensación de regocijo interior y casi vanidoso, la cual se hizo visible, cuando una de esas manos, cubrió con afecto mi hombro izquierdo.

Pero el ego gana y ahora mi mayor ambición no es solo comprender el lenguaje directo y claro de sus manos, impregnarme del lenguaje de sus gestos, sino que va más allá, para desear estrechar algún día, esas manos que lucharon por mantener las aspiraciones que en Cuba  dejaron de ser sueños, para convertirse en tangibles realidades universales e históricas.

 

 

0 comentarios