Antonio Riverol, tabaquero por excelencia
Antonio Riverol es uno de los tantos torcedores de tabaco en Ybor City. Hace mas de un siglo la industria tabacalera puso a esta ciudad de Tampa en un lugar recocido del mapa mudial americano. La primera fábrica de tabacos, la “Príncipe de Gales”, fue fundada por Martínez Ybor, alrededor de la cual surgió la localidad de Ybor City. Otro poblando también de cubanos, West Tampa, se conformó en 1892, donde otras fábricas de tabacos fueron erigidas en esos años, siendo las primeras tabaquerías que sirvieron como medio de vida de los recién llegados.
La industria tabaquera cubana en Tampa siempre fue bastión de lucha por todas la causas justas, tanto las de carácter revolucionario y patriótico vinculado a la lucha por la independencia de Cuba, como la defensa de los derechos civiles.
En una tienda de regalos del Restaurante Columbia, este hombre, con noventa calendarios a cuestas, se mantiene ocupado todo el dia, mostrando a los visitantes las habilidades del legendario oficio, heredado de su familia cubana en Ciego de Avila desde 1940. Este oficio ha sido parte de su vida.
Riverol emigró de Cuba a Tampa en marzo de 1958. Al principio torció cigarros mientras buscaba un trabajo mas estable en Tampa. Mas adelante se supera con el idioma inglés y se hizo técnico auxiliar en radiologia en el University Commuinity Hospital, retirándose en la decada de los ochenta del pasado siglo.
Antonio Riverol es un hombre de pocas palabras. Al conocer que yo era cubano y residente en la Isla, me recomendó visitar el pedacito de Cuba que tanto recuerdos le trae y que sugiere siempre a todos los antillanos que vienen a Ybor City. Es el edificio perteneciente al Circulo Martiano, en la ciudad donde encontró Martí el mejor escenario para su gestión revolucionaria.
Aqui el Apóstol entró en contacto con las organizaciones patrióticas: el Club que lo había invitado, la Liga patriótica cubana, y les hizo ver la necesidad de unirse para una acción común. Oportunidad esta en que quedaron plasmadas las bases y los estatutos del Partido Revolucionario Cubano.
Luego de la breve explicación del anciano, me dedicó una postal con su firma, la cual conservare toda la vida como recuerdo de esta experiencia vivida durante mi visita a Tampa.
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